hoy pude confesarme.
escribirlo:
mi sombra reflejada en la pared vacía,
espejo inevitable de la desolación.
mi sombra, tu indolencia.
tu marca en mí, como un estigma.
esta casa de rincones vulnerados
que guarecen mi perplejidad y tu desidia.
tu abandono y yo, esta noche, en la pared desnuda.
Cuánta soledad en estas palabras...
ResponderEliminarTe llegan mis mimos?
Besos amiga. Pau.
Bello texto, Anita. Gracias por dejarme espiar un poquito tus confesiones...
ResponderEliminarMaría de los Ángeles