conservo en mis ojos su mirada,
su sonrisa de esperanza muerta,
la pequeña casa
derrumbándose en la isla que habíamos fundado
- aquellos crímenes del alma conspirando sueños -
un ladrón furtivo acechando en la penumbra
que nos robó de a poco, a dentelladas,
fragmentos de nosotros,
de nuestro tierno estandarte
su sonrisa de esperanza muerta,
la pequeña casa
derrumbándose en la isla que habíamos fundado
- aquellos crímenes del alma conspirando sueños -
un ladrón furtivo acechando en la penumbra
que nos robó de a poco, a dentelladas,
fragmentos de nosotros,
de nuestro tierno estandarte
levantado en la nobleza del abrigo,
de nuestras manos aferradas,
de nuestro largo destino delineado en el anhelo del abrazo
sin embargo, a veces,
vencemos la emboscada al esplendor que fuimos,
un dulce destello entre los árboles
enciende el territorio de la ausencia:
es el rumor del viento nombrando nuestra poesía
(o una caricia al aire del cielo que perdimos)
de nuestras manos aferradas,
de nuestro largo destino delineado en el anhelo del abrazo
sin embargo, a veces,
vencemos la emboscada al esplendor que fuimos,
un dulce destello entre los árboles
enciende el territorio de la ausencia:
es el rumor del viento nombrando nuestra poesía
(o una caricia al aire del cielo que perdimos)