sábado

ya nada habla

¿te acordás de aquella patria
en la que el viento hablaba?
los árboles, las calles, los campanarios
y hasta los muertos hablaban.

era una ofrenda al mundo.
un temblor adolescente,
una rebelión de espejos.

después un poema insumiso nos arrancó las voces.
un cortejo de  ángeles
las ocultó en aquel cofre imposible.

(si me vieras, amor.
en la quietud de mis ojos
hay una sedición incomprendida,
esa nostalgia del aire
que nos llevaba a un destino de barco.
si me vieras en este paisaje de flores dormidas,
en este silencio de papel)

ya  nada habla.
ya no hablo.

a veces habla la tristeza,
una voz muda
que tiembla en el amanecer,
en la dulce inocencia de los primeros pájaros.