sábado

de tanto estar despierta

el espejo hace una mueca en el rincón,
la muerte silba bajito desde su retrato
y  yo intento este texto,
esta voz casi muda,
esta crónica imperfecta del desconcierto.

de tanto estar despierta,
me tiemblan las piernas,
es como si un viento fuerte
hiciera tambalear los huesos.

aquella postal de nido abandonado
se cuela al costado de la mesa
se sienta a mi lado, bebe de mi té
y hace estallar la taza en mil pedazos. 

mi pequeña taza azul
la misma de los milagros
sobre la pared de enfrente.

tricitas azules como estrellas ,
señales de otro tiempo,
el hechizo del almíbar, 
una dulce oración,
aquellas cosas que agonizaron de olvido.

de tanto estar despierta
esas trizas azules  me lastiman el cuerpo.