jueves

detrás de los umbrales


por estos días los trenes se estrellan como los cometas
nadie llega a tiempo
una fila de  adioses espera en los andenes
y en  los baldíos  florecen jaulas con olor a muerte
  para los  pájaros perdidos

la  espiral de los días devora el corazón
 de los pequeños gestos de ternura
sus ojos -siempre cerrados- cuelgan de los balcones
como una bandera al viento celebrando el desamparo

los carteles siguen mudos
 en la inmóvil mentira de sus letras
se borran las veredas
las esquinas apuñalan encuentros por la espalda,
mientras tanto, aquel río transcurre
debajo de las avenidas saqueando los atardeceres

alguien   conspira el  crimen  detrás de los umbrales:
una estocada final a la inocencia
y la pequeña lámpara que iluminaba el mundo
se apaga para siempre

sin embargo, a veces, un planeta con dos soles
 fulgura desde una alcantarilla,
entonces, mi inútil y obstinado amor
lo  busca, tiernamente, entre los muertos.

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