como rubíes
¿de
qué estás hecha?
gritaba
el saltimbanqui, a punto de caerse,
mientras
daba saltos a la orilla del mundo.
soy mitad
luciérnaga, mitad semilla;
le
respondía roja de vergüenza.
¿por
qué tintinea tu voz?
preguntaba
la equilibrista, sobre la cuerda floja.
porque
cuando hablo canta el río
y fulguran, como rubíes, las flores en la pradera;
susurraba abrazada a mi pequeño espejo.
¿de
qué color son tus ojos?
preguntaba
el titiritero, detrás de sus títeres de nácar,
son
del color del médano y del viento, le contestaba
arreglándome
el moño del vestido nuevo.
¿por
qué brillan tus manos?
preguntaba
el arlequín desde la tarima del circo.
porque
mi padre me regala anillos con engarces de estrellas,
trataba
de decirle, entre la risa burlona de los niños.
¿quién
eres?
me
interpelaba un extranjero desde la pantalla del cine
¡soy
un pájaro!, murmuraba, segura, en el silencio;
un
pájaro que anida en un capullo de azúcar
oculto
en la arboleda.
por entonces, yo sabía quién era.
tenía la
certeza del néctar,
sin
temer a las trampas,
ni a las fullerías de los cazadores,
era como
las mariposas,
que
liban pétalos y acarician ángeles,
sin
importarles que la eternidad cabe,
apenas, en un día.