jueves

vamos, corazón


habrá otro atardecer. lo inventaremos.
y gestos nuevos. será distinta la lluvia de diciembre.
vamos, corazón, que se hace tarde.
los niños cantan entre los escombros,
ya no está nuestra voz entre sus voces,
pero somos en sus ojos.

aquí estamos. tallados a fuego.

se nos quebró la espera detrás de los cerrojos,
pero aún vuelan los pájaros en el pequeño río
la casa se erige como un jardín entre sus ruinas
porque un refugio es cálido regazo,
también después de la tormenta.

aún danza en el aire nuestra risa
nos despierta el azote del viento en el cristal
y una rebelión de estrellas nos alumbra, todavía

vamos , corazón, que se hace tarde.
aunque aún no se incendiaron todos los espejos
ni el olvido se devoró las últimas flores
(aquellas que murieron de espanto)
a veces, una tierna caricia nos salva en los naufragios.