miércoles

canto compañero

canto compañero


amanece el invierno con sus máscaras de óxido,
los cristales opacos y ese olor incierto de los hospitales.

se preparan los mercenarios de promesas,
serenamente, encienden fogonazos en las esquinas
siembran basura y amontonan cuerpos sin nombre,
uno al lado de otro, todos idénticos,
no les alcanza con eso. quieren más:
trafican pájaros en una feria de la calle principal.

la sangre sublevada brota de las alcantarillas
los graffitis arengan la revolución en paredes mugrientas
y en las casas de cartón –pequeñas casas de muñecas –
relumbra la vajilla de hojalata.
en ese resplandor, la sombra de un niño
que duerme desnudo en la autopista
se alarga hasta alcanzar el cielo.

un fusil late de ratos en el corazón-país
alguien quiere hablar pero lo amordazan los mezquinos
sin embargo, algunas voces descuartizan el aire
y todo se vuelve de papel.

no te vayas compañero,
no dejes que devoren nuestra isla
queda tiempo todavía, aún oigo el latido
y tus manos siguen al alcance del fusil.